martes, 14 de junio de 2011

BATALLA DE TARAPACA

Por: Artemio Peraltilla Díaz



El 27 de noviembre un episodio glorioso de nuestra historia se refleja en este día, en que con un ejercito mal armado y mal preparado se logró la única victoria en la campaña terrestre durante el conflicto con el vecino país del sur, que había puesto sus ambiciones en nuestro territorio.

Terminada la campaña marítima, con el Monitor Huáscar y Grau fuera de combate, los chilenos quedaron dueños y señores del mar; se inició entonces la campaña del sur, con lo cual los chilenos pretendían invadir todo el sur de nuestro territorio. La mayor parte de la campaña se desarrolló en territorio peruano, fue entonces que los chilenos emprendieron dos campañas, la de "Tarapacá " y la de "Tacna y Arica".

Tarapacá estaba resguardada por un contingente de 10 mil soldados peruanos y cerca de 4 mil bolivianos, todos ellos al mando del general Juan Buendía. Cerca del lugar, en Atacama, estaban acantonadas las tropas chilenas con un total de 16 mil hombres muy bien equipados; estas fuerzas zarparon de Antofagasta con la finalidad de invadir Tarapacá el 29 de octubre de 1879; fueron transportados en cuatro barcos de guerra al mando del militar chileno Erasmo Encalada.

La primera meta que se trazaron los chilenos fue tomar el pequeño pero estratégico puerto de Pisagua, el cual se encontraba resguardado por un pequeño contingente de mil hombres al mando de Isaac Recavarren. Las tropas chilenas llegaron en la madrugada del 2 de noviembre y atacaron el puerto; la tropa peruana frustró el desembarco hasta en tres oportunidades, hasta que la mala suerte jugó un papel importante; se produjo el incendio de 50 mil quintales de salitre, lo cual causó grandes bajas en las tropas peruanas y su consiguiente derrota.

Coronel Arequipeño ,Don Isaac Recavarren Flores "El León de Pisagua"

Los chilenos marcharon luego sobre San francisco, que era el paso obligado para tomar luego Tarapacá; para resistir el ataque era necesario el concurso de 3 mil soldados bolivianos que debían concurrir desde Arica, esto no se dio, pues las tropas al mando del militar boliviano Hilarión Daza nunca llegaron a Tarapacá; inexplicablemente Daza demoró su marcha y luego desobedeciendo ordenes superiores, retornó con sus tropas a Arica.

El 19 de noviembre, enterado Buendía de la actitud traidora de Daza, retrasó el ataque para el día siguiente, pero la mala suerte otra vez cubrió a las tropas peruanas con su oscuro manto; un soldado boliviano dejó escapar un tiro de fusil, con lo cual se originó en forma inusitada la batalla de San Francisco.

La batalla fue dura y sangrienta, duró aproximadamente 3 horas y significó un duro revés para las tropas peruanas, quienes fueron abandonadas por las tropas bolivianas, que se batieron en franca deserción cuando vieron la cosa perdida.
Un reducido número de sobrevivientes llegó a Tarapacá para recobrar las fuerzas y continuar la retirada a Arica; los chilenos enterados de esto decidieron atacar sorpresivamente, fue así que un 27 de noviembre las tropas chilenas pretendieron sorprender a los peruanos; sin embargo un arriero había informado a las tropas peruanas que se acercaba el ejército chileno, esto dio tiempo a organizar la defensa de la plaza.

Combatiente arequipeño en Tarapacá ,don Máximo León Velarde .Fotografía del MHMA


Lo primero que hicieron los chilenos fue tomar una colina para atacar desde un sitio alto, el ejército peruano, hábilmente dirigido por el coronel Belisario Suárez, defendió Tarapacá. En el lugar se encontraban también las tropas del héroe nacional Andrés Avelino Cáceres, quien en base a ingenio y hábiles maniobras de sus batallones “Zepita”( integrado en su mayoría por soldados cuzqueños ) y el batallón “2 d e mayo”, desalojó a los chilenos de su reducto, el mismo ímpetu tomaron las tropas del Crnl Alfonso Ugarte con los batallones Iquique. Tras la batalla se inició la persecución, lamentablemente el ejército peruano no contaba con caballos y estaba casi sin municiones, motivo por el cual tuvo que abandonar la persecución de las tropas chilenas.


Don Nicanor Ruiz de Somocurcio combatiente arequipeño en Tarapacá del batallón "Ayacucho"


Los artilleros , sin material bélico a las ordenes del Crnl. Castañon tuvieron que incorporarse a la infantería de Cáceres y de igual manera luchar en las filas como infantes, de igual manera la II división del Crnl. Francisco Bolognesi con los batallones guardias de Arequipa el “Ayacucho” tras iniciativa de los capitanes José Camilo Valencia (natural de Camana) del “Ayacucho” y Rudecindo López del “Guardias de Arequipa“ ,quienes prendieron fuego a las tropas atrincheradas chilenas y posteriormente sellaron la victoria .


El Perú se encontraba gobernado por Mariano Ignacio Prado, que había sucedido al gobierno civilista de Manuel Prado y recibió un país en crisis. Posteriormente Mariano I. Prado sería acusado de traición al abandonar el país en un pésimo momento, le sucedería Piérola quien el 23 de diciembre de 1879 asumiría la jefatura de la República aprovechando la incertidumbre para hacerse del poder. La batalla de Tarapacá representa el pasaje más glorioso en nuestra historia republicana; inmersa en una guerra en la cual no teníamos nada que ver y en la que el Perú solo entró en virtud de un pacto con el vecino país de Bolivia, al cual Chile le declarara la guerra.

El momento político era difícil para el Perú, el ejército tuvo como principal arma el valor, el sacrificio y la entrega, a falta de otras mejores o más efectivas, frente a un ejército como el chileno, que se dice, estuvo armándose y planificando esta guerra por más de 8 años. Fue esta una batalla que se pudo ganar en la guerra del Pacífico, en base al valor de nuestros soldados y del pueblo peruano en general.

Los Guardias de Arequipa
Uniforme del batallón "Guardias de Arequipa"
(Uniformes de la Guerra del Pacifico. Patricio Grieve-Claudio Fernández)


Al estallar la guerra con Chile el gobierno peruano dispuso la creación de nuevos cuerpos militares para hacer frente al adversario, los primeros en ser llamados a las filas del ejército fueron los guardias civiles de distintas ciudades que por su entrenamiento y las características propias de su oficio se encontraban en una situación equiparable a los soldados del Ejercito de línea.

El Coronel Alejandro Bezada, a la sazón Prefecto de Arequipa, organizó con gran diligencia una División de 560 hombres, cuyo mando asumió el mismo, poniéndose en marcha hacia el sur, en la primera quincena de abril de 1879. Estas fuerzas la integraban dos columnas de la Guardia Civil de Arequipa, la Gendarmería de Arequipa y Puno y la Guardia Nacional de Arequipa, las mismas que después formaron con el Batallón “Ayacucho” la Tercera División del Ejército Peruano del Sur, de esta manera se formó el Batallón Guardias de Arequipa, integrado por seis Compañías de la Guardia Civil y una Columna de Gendarmes, con un total de 560 hombres.



El destino no quiso que el Prefecto arequipeño llegara a enfrentarse al agresor, pues, a poco de su arribo a Iquique falleció accidentalmente, siendo reemplazado por el Coronel Manuel Carrillo y Ariza
Al fallecimiento del Coronel Bezada, la Tercera División del Ejército del Sur pasó a ser comandada por el Coronel Francisco Bolognesi Cervantes

Cuando se tuvo noticia de la toma del puerto peruano de Pisagua el Batallón Guardias de Arequipa marchó para hacer frente a la invasión chilena.

Como parte de la Tercera División del Ejército Peruano del Sur, el Batallón Guardias de Arequipa, que no tomó parte en la batalla de San Francisco, marchó a Tarapacá (pueblo de la sierra sur del Perú) donde el 27 de noviembre de 1879 tendría lugar la batalla del mismo nombre y en la cual al batallón al que pertenecía Mariano Santos le sería confiada la defensa del mismo que era atacado por el Regimiento de Infantería "2º de Línea" del Ejército de Chile, en el combate, que tuvo lugar en las mismas calles del pueblo, el Guardia Civil Mariano Santos natural del Distrito de Lucre, provincia de Quispicanchi, Cusco., logró, con la bayoneta en la mano, apoderarse de la coronela del regimiento enemigo tras una sangrienta lucha en la que pereció toda la escolta.

Estandarte y escolta del regimiento 2do de Línea, entre ellos el subteniente Telésforo Barahona, oficial portaestandarte caído en Tarapacá.

Por esta acción a Mariano Santos se le llamó el Valiente de Tarapacá mereciendo una mención especial en el parte que el jefe de su División, el coronel Francisco Bolognesi, redactó tras la batalla señalando que fue él quien arrancó el estandarte de las manos del enemigo; en el lado chileno el comandante accidental del Regimiento de Infantería "2º de Línea" (por haber muerto su primer jefe) manifestó a sus superiores lo siguiente:

Igualmente merecen distinción especial la escolta del estandarte compuesta de los valientes veteranos, todos premiados... Estos individuos, peleando como leones en defensa de su querido deposito perecieron todos en sus puestos, y antes de morir, tres de los últimos que cayeron, tomaron la oportuna precaución de quemar el estandarte, antes que permitir fuera insultado y mancillado por los enemigos de su patria.

Parte del comandante Liborio Echanez, Regimiento 2do de Línea

Poco después al saberse que el estandarte había sido capturado por las tropas peruanas la prensa chilena circuló la versión que el subteniente Barahona al ser herido mortalmente había rodado envuelto en el estandarte al fondo de la quebrada sin que el resto del regimiento pudiera recuperarlo y de donde supuestamente lo recogieron los peruanos.

Tras la victoria, el ejército peruano continuó su marcha al puerto de Arica donde en una ceremonia solemne, llevada a cabo en la puerta de la Catedral de San Marcos de Arica, el contralmirante Lizardo Montero condecoró y ascendió a Inspector de Guardias GC (Grado equivalente al de Teniente del Ejército de aquella época), el 31 de enero de 1880, al Guardia GC Mariano Santos Mateos, quedando el trofeo capturado en la iglesia de esa ciudad, de donde fue trasladado luego a la de Tacna, en la que sería encontrado por tropas chilenas tiempo después y devuelto a su regimiento antes de la Campaña de Lima.

Un “Zepita “ Arequipeño

Subteniente Emeterio Díaz Arenas



Nació en Yarabamba y se bautizo el 03/03 /1860 en la parroquia de Quequeña fue hijo de Doña Feliciana Díaz Arenas .Inicio su carrera militar tomando parte en la guerra con Chile , donde formó en el batallón “Zepita ".

Terminada la guerra con Chile continuo su carrera militar hasta obtener el grado de sub teniente principalmente en el batallón "Puquina" , siendo su jefe el coronel Pedro Celestino Miranda ; tomaron parte en varios combates de las revoluciones del sur, como partidarios del Gral. Andrés Avelino Cáceres.

Triunfante Pierola , cayo el batallón "Puquina" y sus integrantes se retiraron de la vida militar, enseguida se convirtieron en agricultores y formaron familias. El sub teniente Emeterio Díaz Arenas contrajo matrimonio con doña Gertrudis Fernandez Durand , llegando a ser padres de maría Díaz Fernández , madre de los Drs. Dn. Artemio Peraltilla Díaz, profesor, abogado , historiador y escritor, y Dn. Anibal Peraltilla Díaz distinguido profesor.Falleció en Arequipa el 18/07/1955


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Importantes datos que da a conocer el presente artículo para enriquecer la historia regional de Arequipa durante el periodo de la nefasta guerra del guano y el salitre.
Es muy ilustrativo poder apreciar las fotos que presenta el autor y la nómina de los Guardias de Arequipa. Esto muestra la activa participación del pueblo arequipeño en defensa de la patria.

Gustavo González Echeverría dijo...

Buenas Sr. quisiera enviarle una imagen del Héroe MARIANO SANTOS en el momento de la batalla.
gustavogonzaleze@gmail.com

Yarabaya dijo...

Por favor coloque los créditos correspondientes de donde saco la información: http://arequipatradicional2.blogspot.com/2010/11/tarapaca_27.html